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jueves, noviembre 21, 2024

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Método Tomatis: Música para nacer de nuevo (Asperger-TEA-Autismo -TDAH)

El método Tomatis basado en sesiones de Mozart y canto gregoriano, que promete corregir desde el déficit atencional hasta el autismo, ya va para los 20 años en Chile y ha tratado a miles de personas.

Pilar Cifuentes (6 años), era demasiado tímida. No podía quedarse sola en los cumpleaños, no interactuaba con sus pares ni participaba en las clases y no se defendía de las bromas de sus compañeros. Hasta que su madre la llevó al Centro Tomatis. Hoy, Pilar sabe decir «no» cuando algo le desagrada y contestar frente a las agresiones del medio.



Alfred Tomatis y su Método

A menos que intervenga un tratamiento similar al que recibía Alex, el protagonista de la «Naranja Mecánica», todos se pueden negar a ver imágenes cruentas o actos impúdicos con sólo cerrar los ojos. Con el esfuerzo adicional de llevar las manos hacia los oídos, es posible renunciar a la información. Pero según las investigaciones del otorrinolaringólogo francés Alfred Tomatis, es posible bloquear «el párpado auditivo» sin mover los brazos, ya que escuchar implica el acto voluntario de seleccionar sonidos.
En el intento de agudizar la capacidad auditiva de los cantantes líricos y la calidad de su timbre de voz, Tomatis descubrió una nueva ciencia: la Audio-Psico-Fonológica, que intenta explicar los problemas de escucha y darles una solución a través de un oído electrónico, un aparato que filtra los tonos bajos y agudos.



Esta «gimnasia muscular del oído», que se reparte en 60 horas durante tres meses, es capaz de potenciar la capacidad auditiva de las personas mediante un reentrenamiento de los músculos atrofiados del oído interno. Y con ese mecanismo promete corregir el déficit atencional, las dificultades de aprendizaje, la dislexia, la dislalia, el retardo global del desarrollo, la descoordinación sicomotora, combatir la depresión y el estrés, y complementar los tratamientos aplicados a niños autistas o asperger

Cómo funciona el Método Tomatis

Sólo es posible adquirir el lenguaje si el oído interno envía las vibraciones sonoras convertidas en impulsos nerviosos hacia el cerebro. Esta actividad puede ser interrumpida debido a una serie de problemas fisiológicos asociados a factores genéticos u oportunistas (infecciones, incorrecta medicación, ataques cerebrovasculares o traumas acústicos).
El método Tomatis consiste en reeducar el oído a través de la música, lo que permite al niño o a la persona afectada, percibir los sonidos de manera organizada y desarrollar un control audiovocal.



La teoría del francés plantea que el bloqueo del «párpado auditivo» y su atrofia obedece a causas emocionales: la voz hostil de una madre, los gritos de un padre, las carencias afectivas o la sensación de abandono, son interpretados como una amenaza por el niño, quien reacciona activando el mecanismo de defensa para evitar las sensaciones dolorosas. Su hipótesis sostiene que esto ocurre principalmente durante el desarrollo intrauterino, cuando el feto es capaz de escuchar los ruidos corporales de su madre al cuarto mes de vida. Todos los sonidos son filtrados por el líquido amniótico, que deja pasar sólo las frecuencias altas.


La terapia reproduce la evolución auditiva del feto hasta que nace y se educa. Un método vigente desde hace medio siglo en Europa y hace cerca de 20 años en Chile, período en el que ha captado la atención de miles de pacientes.



Durante la primera fase del tratamiento, se filtra la música hasta los 9.000 hz, un nivel similar al que escucha el feto dentro del vientre materno. Después se incorpora una cinta con la voz de la madre relatando cuentos. En la segunda etapa, el paciente sigue escuchando cantos gregorianos y música de Mozart por dos horas. Estos sonidos filtrados son elegidos, porque al ser compatibles con la respiración y el ritmo cardíaco, relajan y estimulan. Luego se incorporan progresivamente frecuencias bajas, hasta que el niño oiga todo el rango de sonidos. La cuarta y la quinta fases son las de «pre-lenguaje y lenguaje», donde el niño repite todo frente a un micrófono, escuchándose a sí mismo.

La persona recibe el alta cuando «nace de nuevo». Algo que se observa a través de ciertas actitudes (por ejemplo los niños establecen mayor contacto visual, se ponen más participativos, afectuosos) y de dibujos, donde aparecen cruces, colores índigos y signos relacionados con el agua.



El Método Tomatis como Complemento, no alternativa

Diego Montecinos tiene hoy cuatro años. A los 12 meses de vida, sus padres pensaron que padecía de hipoacucia, porque no respondía a las órdenes que les daban ni fijaba la mirada cuando le hablaban. Luego recibieron el diagnóstico de «disfacia mixta», trastorno comunicacional parecido al autismo. Alentados por los médicos, se decidieron por el método Tomatis, como una terapia complementaria a la fonoaudiológica y neurosicológica. Ahora, su madre le agradece al método la desaparición de los trastornos del sueño de Diego. «Antes se despertaba a las 3 am y bajaba a ver televisión. Yo me tenía que quedar con él hasta que amanecía, porque no había manera de acostarlo». Desde que va al Centro, también está más cariñoso. Claro que el apego es ahora con su padre, quien participó en algunas de las sesiones de musicoterapia.
Como el de Diego, son varios los casos que dan cuenta de los resultados del método, aunque la mayoría se observa en materia de trastornos de aprendizaje.




El director del Centro Tomatis, aclara que la idea no es ser una alternativa a los sicólogos, terapeutas, neurólogos y sicopedagogos, sino sólo un complemento. Sin embargo, algunos especialistas descartan esta terapia por la falta de un equipo multidisciplinario estricto, sobre todo en el caso de los chicos autistas.

Viviana Vicuña, terapeuta ocupacional de la Universidad de Chile, opina que, por ejemplo, es muy difícil detectar una evolución en niños autistas a través de los dibujos, porque la mayoría apenas es capaz de establecer un contacto visual. Incluso, después de un tratamiento largo y riguroso. La fonoaudióloga Aída Pohlhammer, cuenta que sometieron a seis niños con daño orgánico cerebral al método Tomatis. Algunos mejoraron su pronunciación, otros el equilibrio y los restantes bajaron sus niveles de hiperkinesia. «Pero no quiero ilusionar a la gente, porque eso puede haberse debido a factores casuales». Seria bueno probar este método Tomatis para ver si esto puede ayudar a los niños que tienen problemas de alguna indole, tambien a personas con depresión, fobia social y otros.

L.Aravena



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